El Telégrafo

Si bien el telégrafo eléctrico que conocemos hoy fue presentado por Samuel Morse el 6 de febrero de 1833, no es menos cierto que Gauss y Weber se comunicaban ya al menos desde 1822 mediante un telégrafo eléctrico creado por ellos mismos que unía los despachos de ambos, situados en el observatorio astronómico y la facultad de Física respectivamente, y distantes algo más de dos kilómetros. No hay que olvidar que Gauss colaboraba activamente con Weber en las investigaciones de este último sobre electromagnetismo.
Cuando en la estación transmisora se cierra el interruptor (manipulador) circula una corriente por el siguiente circuito: polo positivo, línea, electroimán, tierra, polo negativo, lo que tiene como consecuencia que, activado el electroimán, se atraída una pieza metálica terminada en un punzón que presiona una tira de papel, que se desplaza mediante unos rodillos de arrastre, movidos por un mecanismo de relojería, sobre un cilindro impregnado de tinta, de tal forma que, según la duración de la pulsación del interruptor, se traducirá en la impresión de un punto o una raya en la tira de papel.
La combinación de puntos y rayas se puede traducir en letras mediante el uso de un código convenido, en la práctica el más utilizado muchos años ha sido el código Morse.
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